Curación de la pérdida total del cabello en la parte superior de la cabeza.
Sra. I.K. (39) Oldenburg (Alemania)
Más o menos a partir de principios de 1989, yo tenía un cuero cabelludo extremamente seco y con prurito. Yo tenía que rascarme la cabeza de una forma contínua y, cuando empezaba no era capaz de parar. En diferentes partes de la cabeza tenía pustulas rojizas y supurantes, que no había medio de curarlas y, considerando que yo utilizaba unicamente champú para bebés. Mi médico de cabecera me prescribió un calmante, el calmante era efectivo durante 2 horas nada más. Ahora bien, dicho calmante me producía cansancio y, por esta razón lo dejé de utilizar. La situación empeoraba a ojos vista. En la parte superior de la cabeza, yo sufrí la pérdida de los cabellos, cosa que aceptaba a duras penas. Asimismo, la piel del torso, especialmente en la espalda, se secaba de forma contínua. El médico de la familia, no sabiendo más qué hacer, me prescribió una pomada a base de cortisona (Triamcinolo), obteniendo un alivio muy reducido del prurito.
Desde mi introducción a las enseñanzas de Bruno Gröning, en septiembre de 1990, y durante las semanas sucesivas, yo no pensé en mi enfermedad. Yo me olvidé de la misma en el verdadero sentido de la palabra. Transcurrido ese lapso, yo miré mi cuero cabelludo y descubrí que las pústulas no supuraban, no tenía picazón en la piel del cuero cabelludo ni en la espalda. Después de algunas semanas, las pústulas habían desaparecido. La piel del cuero cabelludo está sana, de color rosado, suave y elástica. Los cabellos han crecido nuevamente.
