Curación de una úlcera crónica de la pierna (ulcus cruris)
Sra. G.J., Wegberg (Alemania)
Desde el año 1957, yo padecía de venas varicosas. En el año 1959, en la parte inferior de la pierna izquierda, se produjo un derrame sanguíneo subcutáneo (extravasación). A partir de esa fecha y, hasta el año 1965, se de-sarrolló un absceso purulento, que crecía continuamente, hasta alcanzar la medida de 10 cm x 5 cm. Los medicamentos (Novalgin y Valoron gotas) produjeron únicamente un alivio. Después de 15 años, contraje una alergia contra todo tipo de ungüentos y/o pomadas. Durante la noche, me era imposible dormir de forma continuada. Las venas varicosas fueron obliteradas y, se produjo una inflamación de las venas acompañada por un prurito tormentoso y una erisipela. Había momentos en los cuales, mi pierna daba la impresión de estar pudriéndose.
Después de que fui introducida a las enseñanzas de Bruno Gröning, pude dormir toda la noche sin interrupciones. Por la mañana, la erisipela, había desaparecido y, sobre el absceso se formó una piel fina y de color rosado. En el transcurso de tres semanas, el absceso se cicatrizó por completo. En base a lo expuesto, yo he recibido una curación espontánea.