Su último camino
El 26 de enero de 1959 falleció Bruno Gröning en Paris
Diagnóstico: Cáncer de estomago en estado avanzado
A finales de otoño de 1958, viajó Bruno Gröning con su segunda esposa, Josette, con la que se había casado en mayo de 1955, a París, donde se hizo revisar por el especialista en cáncer, su amigo el Dr. Pierre Grobon. La evaluación de varias radiografías tuvo como resultado: cáncer de estómago en estado avanzado. El Dr. Grobon quiso operar inmediatamente pero Bruno Gröning no quiso.
Volvió a Alemania y preparó las celebraciones de Navidad de las Comunidades. El 4 de diciembre grabó una cinta para que fuera escuchada en todas las comunidades durante las celebraciones de Navidad. Después volvió a Paris con su señora. Mientras tanto el Dr. Grobon había informado al Dr. Bellanger, renombrado especialista en cirugía de cáncer. En su clínica en la calle Henner, cerca del Montmartre, el 8 de diciembre se efectuó la operación. El resultado para los médicos fue espantoso: era mucho peor de lo que por las radiografías se pudo suponer : ¡Ya era inoperable! Inmediatamente se volvió a cerrar la herida.
Recuperación asombrosamente rápida
Ante esto escribió Josette Gröning: "Ellos no podían comprender que el semblante de Bruno no revelaba nada de su terrible estado interior, que todavía podía respirar normalmente, que su metabolismo en las últimas semanas había funcionado perfectamente, que su cuadro sanguíneo estaba perfecto. En este estado avanzado suceden vómitos seguidos a la menor toma de alimentos y el pobre paciente lentamente se muere de hambre. Con Bruno no hubo nada de esto."
Para asombro de los médicos se recuperó muy pronto y volvió a Alemania donde pasó las fiestas navideñas. A mediados de enero de 1959 se encontró por tres días con los dirigentes del nueva Asociación y determinó, cómo se debería organizar la nueva obra. Los dos no sospechaban que ese sería el último encuentro con Bruno Gröning.
Operación en Paris en compañía de una tormenta
El 21 de enero voló nuevamente a Paris. Por obstrucción del intestino grueso se hacía indispensable una operación. El 22 de enero de 1959 a las 9 de la mañana (a la misma hora en que en Munich comenzaba el proceso de revisión) - fue operado Bruno Gröning nuevamente. Tuvo que soportar aquello que él mismo evitó a tantas personas. El no podía ni debía ayudarse a sí mismo.
Aquella mañana cuando se encontraba anestesiado, se descargó de repente una fuerte tormenta sobre París. Su esposa comentaba: "Muy extraño es también el siguiente acontecimiento de la naturaleza: El 22 de enero de 1959, mientras que mi esposo aún se encontraba bajo anestesia, oscureció una tormenta repentina con relámpagos y truenos, el apacible día sobre Paris. Se oscureció tanto que en pleno día había que encender las luces. La enfermera expresó su asombro sobre una tormenta tan fuerte. En los días siguientes a la operación la temperatura, la presión y el pulso estaban completamente normales. Hasta se levantó dos veces y se sentó en un sillón."
Quemadura interior total
El 25 cayó en coma y al día siguiente, el 26 de enero de 1959, a las 13:46 horas falleció Bruno Gröning de cáncer en la Clínica Henner- como lo anotó el médico en el certificado de defunción. ¿Fue realmente cáncer? Después de la segunda operación el Dr. Bellanger había dicho: "La destrucción en el cuerpo de Bruno Gröning es espantosa, se trata de una incineración interna total. Para mí es un misterio cómo pudo vivir así durante tanto tiempo sin sufrir de tremendos dolores."
Bruno Gröning, ya años atrás había mencionado lo siguiente: "Si me prohiben actuar, me quemaré interiormente."
Necrología
Una carta del Dr. Gobon a la viuda, del 26 de febrero de 1959, atestigua como llevó Bruno Gröning este amargo destino: "Estos esfuerzos (los que dedicaron los médicos a Bruno Gröning) eran los más natural y puedo decir que tuvieron un gran apoyo por el coraje y por la fuerza de voluntad así como por la gran personalidad de Bruno Gröning. […]"
El Dr. Bellanger expresó en una carta de diciembre de 1974 todavía su admiración por Bruno Gröning diciendo: "Bruno Gröning fue un hombre de corazón, una persona valiosa que se impuso; y su dignidad frente al sufrimiento y a la muerte aún hoy causan admiración."
Tras la incineración del cadáver se suspende una resolución final del juicio
El cuerpo de Bruno Gröning fue incinerado en un crematorio de Paris y la urna recibió sepultura en el "Waldfriedhof" (Cementerio del Bosque) en Dillenburg.
El proceso fue declarado como concluido por la defunción del acusado, nunca se pronunció una sentencia.
Cada uno puede experimentar ayuda y curación por si mismo
El "médico milagroso de Herford" que había traído la curación a miles y miles de personas murió solitario y abandonado en una pequeña callejuela de Paris. ¿Por qué tuvo que suceder esto? ¿Por qué tuvo que cargar con tanto sufrimiento? ¿Por qué no pudo curarse a sí mismo?
Grete Häusler (1922-2007), curada, colaboradora de Bruno Gröning durante muchos años y fundadora del "Círculo de Amigos de Bruno Gröning", se refiere a esto en su libro Experimentar la salvación, esta es la verdat: "Bruno Gröning, en su corta estancia sobre esta tierra, hizo mucho bien. El don de ayudar y de curar le fue dado desde su nacimiento. Dondequiera que él llegara sucedían cosas maravillosas que no se pueden explicar con el raciocinio. Públicamente fue conocido en 1949. Después de las grandes curaciones que se produjeron en Herford, y después de que en el interior y el extranjero estaba en boca de todos, a los tres meses se le impuso la prohibición de curar. Se lo persiguió y se lo acosó, se le inició el gran proceso y se lo quiso castigar y condenar. ¿Por qué? ¿A quién le hizo daño? A nadie, pero a miles de personas les hizo mucho bien, lo que no hubieran podido recibir de ninguna otra persona. ¡Aunque era inocente se le quiso castigar! ¡Siendo inocente se le quiso prohibir hacer lo que Dios le había mandado a hacer: ¡Ayudar a los seres humanos! ¡Tuvo que sufrir amargamente esta maldad en Paris, en la Clínica de Cáncer de la calle Henner! Bajo tremendos dolores se quemó interiormente por efecto de la Heilstrom que no podía transmitir a otros. Las leyes humanas en Alemania se lo quisieron prohibir. ¡Frente a todas esas mentiras y calumnias, como acusado estaba él allí como un criminal! Callado y sólo, ningún amigo sabía de él, aguantó el sufrimiento de toda la humanidad. ¡Y qué manera de aguantar, pero no fue en vano! Tuvo que suceder así, de otro modo ya no era posible ayudar a los seres humanos."
Y en su libro Yo vivo para que la humanidad pueda seguir viviendo ella escribe: "Con el uso de la palabra 'sacrificio', nosotros, los humanos, debemos manejarnos muy cautelosamente. Sin embargo aquí, cuando Bruno Gröning moría en Paris, esta palabra es la verdad en toda su dimensión."
Sólo así fue posible que su palabra pudo cumplirse como hoy lo documentan incontables informes de éxito: "Cuando yo ya no esté más en esta tierra como persona, es decir, cuando haya dejado mi cuerpo, entonces la humanidad estará capacitada para que cada uno por sí mismo pueda experimentar ayuda y curación."
El transcurso del gran juicio
Vista de causa de apelación y revisión
Posición principal de Bruno Gröning en desventaja
Durante la vista de causa de apelación en enero de 1958 fue muy desventajoso para Bruno Gröning que no fue él sino la Fiscalía Estatal, la que había hecho la apelación. Pero no sólo esta negligencia de su abogado de aquel entonces le dañó, también la entrega demorada de las actas al nuevo abogado de Gröning obstaculizaron la preparación para el proceso.
En comparación con la primera apelación también resultó desventajosa la forma mucho más segura con que los testigos de cargo expusieron sus declaraciones. Parecían haberse puesto de acuerdo en el punto "prohibición del médico".
Prisión y multa condicional, "una vergüenza", sin aclarar la cuestión de curar
Y esta vez el veredicto decía: Ocho meses de prisión por homicidio negligente y 5.000 marcos alemanes de multa por infracción a la ley de los sanadores naturistas. La sentencia de prisión fue pronunciada en forma de libertad condicional.
La Sra. Anny baronesa Ebner de Eschenbach, que había presenciado tanto la primera como la segunda apelación como espectadora en la sala de audiencia, designó el juicio como "una vergüenza para Alemania".
Bruno Gröning declaró que lo castigaban por hacer el bien. Lamentaba que durante todo el juicio nadie se había interesado cómo sucedía una curación, ni siquiera sus propios abogados. Si se hubiera analizado esta pregunta se habría comprobado que su actuación no tiene nada en común con el tratamiento médico. El proceso hubiera tenido que ser suspendido. Pero la aclaración de esta pregunta ante el juzgado no le interesaba a nadie. Se tenía ya una opinión formada contra Gröning y no se querían distanciar de ella.
Solicitud de revisión poco tiempo antes de su muerte
Pero tampoco esto fue el final del proceso. Esta vez fue Bruno Gröning quien pidió revisión. La fecha de la apelación se fijó para el 22 de enero de 1959 ante el Juzgado Superior de Munich. Pero ya no se llegó a esto porque Bruno Gröning murió en ese mismo mes.
"Su palabra vence la enfermedad"
A pesar del jucio y la prohibición de sanar, seguían ocurriendo las curaciones
Sanación exterior y cambio interno
Durante estas disputas y luchas, Bruno Gröning seguía obrando. Así, en 1957, el periodista especializado en medicina Dr. Horst Mann escribe una serie de artículos en la revista Das Neue Blatt bajo el título "Su palabra vence la enfermedad":
"Al día siguiente viajé de Hamelín a Springe, aquella pequeña ciudad a orillas del río Deister. También aquí se había constituido una comunidad de Bruno Gröning. La curación de una serie de personas fue el punto de partida para ello. Y también aquí lo presencié como anteriormente en muchas otras ciudades pequeñas de la provincia de Schleswig-Holstein, y en Augsburgo, en Hamelín, en Viena, en Plochingen, y otras: había personas que se levantaban y me informaban sobre sus enfermedades. Me nombraban a los médicos que las habían tratado. Relataban de su curación, que se la debían a Gröning. Y siempre estaban dispuestos a levantar la mano para confirmar bajo juramento su declaración.
'A mí ya cuando era una bebé me dislocaron ambas piernas', cuenta la señora Julie Prohnert, de 50 años, de Hanover: ‘Más tarde sólo pude caminar con muletas. El médico solamente pudo aliviar mis dolores. Cuando escuché un discurso del señor Gröning sentí una fuerte reacción. Mi espalda, que ya estaba totalmente encorvada, volvió a enderezarse. Pude volver a caminar. No tuve ninguna recaída...'
'Yo tenía reumatismo en las articulaciones y continuamente me martirizaban eccemas y abscesos. El Sr. Gröning me liberó de eso' decía Wilhelm Gabbert de Hamelín.
'Mis malestares de vesícula eran soportables sólo con morfina' contaba Kurt Severit de Everstorf. 'Le agradezco a Bruno Gröning por haberme liberado de este padecimiento.'
'Yo sufría de una fuerte diabetes' informaba Robert Thies de Springe. 'Pero más peligrosa era una atrofia muscular cardiaca. Ambos padecimientos hoy ya no me molestan. Por eso le agradezco al Sr. Gröning.
Esta serie podría ser continuada. Eran personas de todas las edades las que me informaban: hombres, mujeres y niños. Se enumeraron muchas enfermedades, empezando con el dolor de cabeza, siguiendo con inflamaciones nerviosas, ciática, padeceres de vesícula y riñones hasta alteraciones cardíacas y formas de parálisis.
Pero allí había otra cosa más que me conmovió profundamente. Muy libremente algunos contaban delante de todos los demás oyentes que por intermedio de Gröning habían experimentado un cambio interior. El empeño por el éxito y la orientación egoísta habían cedido a un sosiego y relajamiento interior y a una manera de pensar más social."
La confianza propia hace posible el éxito de la curación para todos los hombres
El Dr. Horst Mann sigue: "Durante todas estas conversaciones con personas que se han sentido curadas por Bruno Gröning, una interrogante se me hizo cada vez más urgente: El éxito de la curación: ¿Es posible en todas las personas, y más aún, en todas las enfermedades? ¿Dónde estaban los límites de la energía que partía de Gröning? ¿No había aquí un peligro? [...]
Durante mi última visita le formulé esta pregunta. 'No puedo ni quiero obligar a nadie', me contestó. 'Cuando alguien se cierra y no lleva en sí la disposición para desarrollar la energía necesaria para entrar en el ordenamiento, entonces a mí también me falta la disposición para intervenir. A esta persona yo solamente le sugiero que rompa el cerrojo del mal que obstaculiza la curación.'
Yo tenía otra pregunta más y dije: 'Cada enfermedad tiene un grado de peligrosidad diferente '. 'Suponiendo que un enfermo grave, desahuciado ya por varios médicos, le llama a Ud. por intermedio de su médico, que aún lucha por él: ¿Ud. podrá ayudarle?'
'Si', respondió Gröning. Lo dijo sin titubear. 'Si el enfermo cree y el médico confía en su camino, llegará el éxito. La confianza común desarrolla en el enfermo energías insospechadas. Muchas veces justo en los casos en que la persona enferma está tan desesperada y se agarra de un pelo, como un náufrago a la tabla, es cuando el éxito llega a menudo instantáneamente."
Separación de la Gröning-Bund
Tiempo para hacer balance del daño
La estrecha burocracia no actúa frente a la multa de Gröning
En octubre de 1957 hubo una discusión entre Bruno Gröning y la gerencia de la asociación Gröning-Bund. Con su estrecha burocracia la Bund había dañado mucho a Bruno Gröning. El motivo de la disputa fue la sentencia del juicio, por el que Bruno Gröning en un plazo muy corto tendría que pagar una multa de 2.000 marcos alemanes. Pero como él no tomaba dinero por su obra y por consecuencia no disponía de suficientes medios financieros, ya al comienzo del juicio la Comisión Directiva de la Gröning- Bund había decidido encargarse de los costos pertinentes. Pero la Comisión Directiva no tenía muy claro, si la multa estaba incluida. En largos procesos burocráticos querían analizar si era la obligación de la Bund pagar esos 2.000 marcos alemanes. Sólo después querían ocuparse de la manera de conseguir ese dinero. Así ya se preveía que los medios necesarios para Bruno Gröning no llegarían a tiempo, si es que llegaban. O sea que la Bund no hubiera intervenido en forma alguna si Bruno Gröning, al no poder pagar la suma requerida, hubiera ido a prisión. Por eso se llegó a una discusión abierta y finalmente a la ruptura.
Falsos amigos
En las 62 páginas de su Balance sobre la actividad de la Bund Bruno Gröning tocó todos los puntos en los que la Bund le causó daños. Resumiendo declaró: "Cuando hoy comparao mis colaboradores de antes (los negociantes Meckelburg, Enderlin, Schmidt y Hülsmann) y mi entorno actual (miembros de la Comisión Directiva de la ‘Bund’) llego a la misma conclusión: estoy hoy en la misma situación que antes. Hoy, por medio de los que quieren ser mis amigos más íntimos y cercanos, no ha sucedido nada diferente a lo anterior. En aquel entonces me estafaron unos tipos cochinos. Hoy me fallaron mis amigos, admitiendo tranquilamente que por juicios, por sentencias, por no recibir ayuda, por no poder acudir a mis comunidades sin coche, por no actuar contra los ataques en la prensa, por armar desconciertos, por el simple hecho de no estar a mi disposición cuando necesitaba gente que gracias a su grado de instrucción y su posición social me hubieran podido y me deberían haber ayudado; por todo ello no he podido realizar aquello para lo que vine a este mundo expresamente.
Ninguno de estos amigos invirtió su ‘Yo’ para luchar por liberarme, ninguno tuvo realmente el coraje de abogar por mí. Nada sucedió. En forma pedantemente burocrática se han tomado resoluciones tras resoluciones. Ninguno se puso realmente de mi lado, ninguno se propuso firmemente hacer todo lo posible para que disminuyieran todas esas luchas en los juicios, en la prensa, para proporcionarme un colaborador que me ayudara con el coche - que estaba malogrado , nadie que me ayudara en contra de la suciedad y las calumnias, etc., etc.. Nadie me ha protegido para que yo pudiera dedicarme a todo aquello, para lo que estoy en este mundo: Transmitir a los seres humanos la energía vital y conducirles hacia la fe.
Para ello necesito paz y tranquilidad y no debo estar estorbado constantemente por influencias externas y mundanas. Necesito una verdadera mole de protección a mi alrededor para poder dejar surtir efecto a lo que me fue dado, nadie pensó en eso, nadie de mis amigos, ni aquéllos que querían ser mis amigos. Y lo más vergonzoso y lo que más me desilusiona es:
-Los negociantes querían sacar su ventaja y fueron descubiertos como malas personas.
-Los amigos de la Gröning-Bund son demasiado flojos, demasiado indiferentes, cómodos, no quiero decir que sean malos.
Y el resultado es el mismo: No he sido liberado. Muchos amigos de la directiva de la ‘Bund’ no han cumplido con su promesa. Con todas las disposiciones sólo se me ha amordazado."
Fracaso del camino asociativo
El Sr. Weisser renunció y la Gröning-Bund, a la cual no se había logrado inscribir en el Registro de Asociaciones, se deshizo al poco tiempo. En su lugar se fundó en el año 1958 la Asociación para el Fomento de Principios de Vida Psico- Espirituales y Naturales. Sus presidentes fueron Erich Pelz en Alemania y Alexander Loy en Austria. Pero tampoco esta última asociación fundada en vida de Bruno Gröning pudo rendir lo que él había esperado de ella. En los estatutos ni siquiera aparecía su nombre.
El gran juicio (1955-1957)
Denuncia por homicidio por negligencia y absolución con una prohibición definitiva para curar
El 4 de marzo de 1955 la fiscalía del Estado volvió a sostener un cargo contra Bruno Gröning. Nuevamente se le acusaba de haber atentado contra la ley de los sanadores naturistas. En otro punto de la acusación se le inculpó de homicidio negligente en un caso.
Gröning contradice promesas de curación que le son imputados, así como haber ejercido prácticas médicas prohibidas
Después de que le fue entregada la carta de acusación él se dirigió a sus amigos: "Mis queridos amigos: En estos días la totalidad de la prensa y de las radioemisoras han publicado en forma más o menos tendenciosa una noticia sobre mí que les informaba que la IIª Fiscalía Estatal de Munich ha preparado una acusación contra mí por homicidio negligente. Dicen que a fines de 1949 le prometí la curación a una niña de 17 años, enferma de tuberculosis, y que he impedido que se la interne en un sanatorio y que le visite un médico. Que yo soy culpable de la muerte de este joven ser humano. El que haya leído o escuchado estas noticias con un raciocinio claro, habrá reconocido, lo que se intenta con ellas: lograr el desconcierto entre mis amigos y evitar que los necesitados se aboguen con interés a nuestros esfuerzos y que se aparten del tesoro de conocimientos proclamados por mí. Con todos los medios tratan de contrarrestar tanto mis actividades como las de la Gröning-Bund así como las vuestras. Lógicamente las cosas son diferentes de lo que se las presenta. A mis amigos no tengo que darles explicaciones al respecto, ellos saben que yo no hago 'promesas de curación' y que nunca desaconsejo los tratamientos médicos."
Lo extraño es que las investigaciones se retoman muy tarde
Gröning habla a sus amigos: "En 1952 fui absuelto. ¿No es extraño que el "caso Kuhfuss" que sucedió a finales de 1949-50 no fue abierto nuevamente en el pleito contra mí en los años 1951-52, a pesar de que ya disponían de toda la documentación correspondiente? ¿No llama la atención, que las investigaciones para el inicio de un nuevo juicio contra mí comenzaran justo en el momento en que se publicó que el 22 de noviembre de 1953 fue creada en Murnau la asociación Gröning-Bund. Es decir que desde enero de 1954 varios dirigentes locales de las comunidades y amigos como también los asociados nacionales fueron interrogados y observados por la policía."
Se rechazan los testigos de la defensa y los testigos de la parte actora son bienvenidos
Los preparativos para el juicio se extendieron por más de dos años. Se dificultó notablemente la defensa de Bruno Gröning. Casi todos los testigos de descargo fueron rechazados, pero sin embargo los testigos de la fiscalía fueron admitidos. Entre ellos se encontraban dos ex-colaboradores de Gröning: Eugen Enderlin y Otto Meckelburg. Sobre todo Meckelburg, que en el primer juicio fue aún co-acusado, se dirigió en forma extremadamente cortante contra Gröning. Puso en marcha todo lo posible para perjudicarlo. En el punto de acusación por homicidio negligente ocupó Meckelburg un rol decisivo. Se trataba de un caso ocurrido durante su época de actividad de manager para Gröning.
El caso litigioso manipulado de Ruth Kuhfuss
En noviembre de 1949 el empleado de la Caja de Ahorros Emil Kuhfuss, con su hija Ruth de 17 años, enferma de tuberculosis en ambos pulmones, había asistido a una de las conferencias de Bruno Gröning. Gröning de inmediato reconoció que la niña ya no tenía curación y comentó esto a un médico presente. Pero Meckelburg insistió decididamente de que se haga cargo de este caso. Así después de la conferencia hubo un encuentro personal entre Bruno Gröning y Ruth Kuhfuss. Gröning alentó a la enferma y le aconsejó al padre que después de nueve días consulte a un médico especialista. Con eso quiso lograr que la niña, que ya no quería saber nada más de los médicos, vuelva a ponerse al amparo de la medicina. El padre aseguró que se ocuparía de ello.
La correspondencia en lo sucesivo fue llevada por Meckelburg y no alcanzó a llegar hasta Gröning. A principios de mayo de 1950 volvió a saber de Ruth Kuhfuss. Anteriormente el padre había mandado cartas de súplica pidiendo que lo vaya a visitar: Pero Meckelburg no le hizo llegar estas cartas a Gröning sino que acordó por su cuenta una cita con Kuhfuss, sin el conocimiento de Gröning. Solo antes de la fecha del encuentro Meckelburg informó a Gröning y le obligó a acompañarle.
Más tarde Meckelburg declaró que Bruno Gröning le había dado una promesa de curación a la niña. Y en verdad era él mismo quien le había asegurado al padre que él conseguiría que Gröning curara a su hija. Meckelburg veía en aquel empleado de banco una buena fuente de dinero que él quería aprovechar, pero para ello necesitaba a Gröning. Poco después de esta visita Gröning se separó de Meckelburg.
Contra Bruno Gröning fue elevada una acusación grave: que él le había prohibido a Ruth Kuhfuss que un médico la tratase. En contra de esto estaba el hecho constatado hasta por testigos presentes en el tribunal, que ya en el primer encuentro él la había mandado a ver a un médico. También en un discurso por radio en otoño de 1949 aconsejó a la gente que "siga haciéndose auscultar por los médicos hasta tener la plena curación." A los que venían en busca de ayuda siempre les recomendó que confíen en sus médicos.
Ruth Kuhfuss, que ya se había sometido a varios dolorosos procesos curativos sin éxito alguno, se negaba a someterse a más tratamientos. El 30 de diciembre de 1950 murió a consecuencia de su enfermedad.
El dictamen médico confirma que una curación no era posible
Desde el punto de vista médico y en un dictamen describió el Dr. Otto Freihofer con respecto al caso de Ruth Kuhfuss: "Observando objetivamente cualquier laico tiene que llegar a la convicción, como también fue expresado por el Ministerio de Salud de Säckingen que a la vista del grave estado, con peligro de muerte, según los médicos y según todas las opiniones y consideraciones humanas, una curación no era posible. De igual modo, cualquier médico sincero que piense 'sine ira et studio' y que no se crea demasiado seguro de si mismo debe desistir de las fuerzas de la naturaleza por hallarse en poder de los preparados más modernos, tendrá que aprobar el dictamen del Dr. Prof. Lydtin de Munich, según el cual 'no se puede decir, que antes del 5 de noviembre de 1949 haya habido un alto grado de probabilidad para una curación.' A mi juicio es más que extraño que la paciente haya vivido hasta el 30 de diciembre de 1950, por lo que la influencia de Gröning pudo haber ocasionado una cierta prolongación de la vida. Resumiendo, quiero concluir mis comentarios de dictamen de tal modo que las declaraciones: acerca de que ‘hubo posibilidades de curación’,acerca de que ‘la vida de la paciente Kuhfuss hubiera podido ser alargada aún más, si el Sr. Gröning no hubiera intervenido nunca' no son predecibles con certeza y por eso tampoco son justificadas."
La sentencia desgraciada
A finales de julio de 1957, en la sala del Tribunal del Jurado de Munich se concretó la vista de la causa. Bruno Gröning fue absuelto en el punto del homicidio por negligencia. Por infracción a la ley de los sanadores naturistas le fue impuesta una multa de 2.000 marcos alemanes.
A pesar de que a primera vista la sentencia parece positiva, para él fue inaceptable. Significaba la prohibición definitiva de su obrar. Por un error de su abogado, quien evaluaba la sentencia mucho más positivamente que Gröning, no fue él quien pidió apelación sino la misma fiscalía. La segunda vista de la causa tuvo lugar a mediados de enero de 1958, también en Munich.
La Gröning-Bund (la "Liga- Gröning")
Esperanza de poder actuar libremente, a través de una asociación
Para llegar a un gran número de personas, a pesar de la prohibición de curar, Bruno Gröning había creado ya comunidades a principios de los años cincuenta. Allí sólo daba conferencias y ponía su mayor afán en transmitir su saber a los que venían en busca de ayuda.
Protección legal y una junta directiva prestigiosa
El 22 de noviembre de 1953 hizo crear en Murnau/Seehausen la asociación Gröning-Bund. Esa organización debería ser inscrita en el registro de las asociaciones y le debería brindar a Bruno Gröning la protección legal para sus actuaciones. Así se evitaría definitivamente otro conflicto con la ley de los naturópatas.
A la junta directiva de la Gröning-Bund pertenecían, entre otros, el Conde Zeppelin, el Conde Matuschka, Anny Baronesa de Ebner von Eschenbach, el Superintendente de obras, el Ingeniero Hermann Riedinger y el Director Konstantin Weisser, al principio, y como miembro fundador, también Rudolf Bachmann, del cual se separó la "Bund" muy pronto. Bruno Gröning fue nombrado presidente vitalicio.
Las ganas de ganancias del secretario vencen por encima del bienestar de los curados
El periodista y lector Egon Arthur Schmidt, de Heidelberg era el Secretario de la "Bund". Ya en Herford estuvo muy cerca al "doctor milagroso" y había creado el Círculo de Amigos de Bruno Gröning. Sin embargo éste no funcionaba según los requerimientos de Bruno Gröning y fue disuelto después de poco tiempo. Gröning se separó de Schmidt en aquel entonces porque éste había malversado dinero de los donativos.
En 1952 Schmidt nuevamente se dirigió a Gröning declarando haber reconocido sus faltas. Pidió poder ayudar a la organización de la empresa y Bruno Gröning volvió a tomarlo como colaborador. Así Schmidt nuevamente tuvo la oportunidad de demostrar si realmente le importaba el bienestar de los enfermos o si sólo pensaba en su propia ventaja económica.
En 1955, el Sr. Gröning se separó definitivamente de Schmidt, ya que éste no había cambiado su mentalidad. Ahora igual que antes trataba de sacar provecho de los dones de Gröning. Después de la separación, Schmidt intentaba iniciar varios juicios contra Gröning, ya que pretendía conseguir posteriormente una paga por sus servicios prestados de forma voluntaria.
¿Quien está al servicio de quién y para qué?: ¿El "Bund" sirve a la actuación de Gröning o sirve la actuación de Gröning al "Bund"?
De la administración de las finanzas se encargaron Konstantin Weisser y Hermann Riedinger. Esto parecía ser por un lado muy prometedor, porque eran hombres del mundo y su cultura podía ser útil para la obra de Bruno Gröning. Pero también conllevaba el peligro de que pudieran actuar de manera arrogante en contra de la voluntad del obrero sencillo, ya que él no tenía su nivel cultural.
Con el tiempo el desarrollo iba exactamente en esta dirección y cada vez les era más difícil a los dos hombres aceptar órdenes de Bruno Gröning. Parecían haber olvidado que la "Bund" no sólo llevaba el nombre de Bruno Gröning sino que también sólo existía gracias a él. Para ellos la Gröning-Bund se convertía cada vez más en su meta absoluta. La verdadera finalidad, de ayudar a los necesitados, la habían perdido de vista. Parecía que no querían ya comprender, que era Gröning a través de quien sucedían las curaciones y no a través de la Liga.
Así la Gröning-Bund se iba desarrollando más y más en sentido contrario de lo que en realidad debería ser. Para el hombre, cuyo nombre llevaba, la "Bund" se convirtió en una cárcel que en vez de liberarle, le iba restringiendo cada vez más.
El primer juicio tras la prohibición de curar (1951-1952)
¿Entra la actividad de Gröning en una actividad curativa en el sentido médico?
Denuncia por práctica ilegal de la medicina
Entre 1951 y 1952 Bruno Gröning tuvo que comparecer en Munich por primera vez ante el tribunal por practicar ilegalmente la ciencia médica. A pesar de que el Ministerio del Interior de Baviera había aceptado su actuación en 1949 como actividad libre de caridad, ahora se la valoraba como una actividad curativa de índole médica.
La acusación se basaba en la Ley de los Sanadores Naturistas del año 1939, la que sustituyó a la que otorgaba la libertad de curar, que hasta entonces había tenido validez, y que ponía en aquel entonces la actividad curativa en manos de médicos nacional-socialistas.
El "si" y el "no" ante la infracción de la ley de los naturópatas
Bruno Gröning fue absuelto, tanto en la primera como en la segunda instancia. El Presidente del Tribunal de la Jurisdicción de Munich declaró en su proclamación en marzo de 1952:
"El tribunal consideraría audaz sentenciar al acusado en base a un dictamen unilateral. Ya que si la actividad del Sr. Gröning realmente caía bajo la ley de los naturópatas es más que dudoso, debido a que entra en un terreno que hoy día aún es muy poco investigado."
A pesar de que en el juicio de apelación fue reconfirmada la absolución, la actuación de Bruno Gröning fue claramente nombrada una actividad curativa en el sentido de la ley de los sanadores naturistas:
"Con ello, el acusado ha ejercido en seres humanos sin autorización y sin licencia de médico la actividad de constatar, curar o aliviar las enfermedades, padecimientos o lesiones corporales, lo que debe considerarse de la ciencia médica en el sentido de la ley de los naturópatas. [...]"El error de exclusión de culpabilidad es igual a una prohibición de curar
La sentencia sigue: "El acusado no puede ser condenado porque se consideró que estaba en un estado equivocado sin culpabilidad en lo que se refiere a la característica objetiva del hecho de ejercer la actividad médica y así no actuó deliberadamente de mala fe."
Ya que el error de exclusión de culpabilidad en el cual se encontraba Bruno Gröning supuestamente debido a que fue aclarado por la sentencia, éste juicio fue equivalente, a pesar de la absolución, a una sentencia judicial de prohibición de curar. A partir de entonces, Bruno Gröning debía saber que su actuación significaba ejercer la ciencia curativa y caía bajo la ley de los sanadores naturistas y que le estaba prohibido como tal. No se reconocieron los verdaderos nexos causales de su obrar, según los cuales, su manera de actuar no tenía nada que ver con la actuación curativa en el sentido médico.