La Gröning-Bund (la "Liga- Gröning")
Esperanza de poder actuar libremente, a través de una asociación
Para llegar a un gran número de personas, a pesar de la prohibición de curar, Bruno Gröning había creado ya comunidades a principios de los años cincuenta. Allí sólo daba conferencias y ponía su mayor afán en transmitir su saber a los que venían en busca de ayuda.
Protección legal y una junta directiva prestigiosa
El 22 de noviembre de 1953 hizo crear en Murnau/Seehausen la asociación Gröning-Bund. Esa organización debería ser inscrita en el registro de las asociaciones y le debería brindar a Bruno Gröning la protección legal para sus actuaciones. Así se evitaría definitivamente otro conflicto con la ley de los naturópatas.
A la junta directiva de la Gröning-Bund pertenecían, entre otros, el Conde Zeppelin, el Conde Matuschka, Anny Baronesa de Ebner von Eschenbach, el Superintendente de obras, el Ingeniero Hermann Riedinger y el Director Konstantin Weisser, al principio, y como miembro fundador, también Rudolf Bachmann, del cual se separó la "Bund" muy pronto. Bruno Gröning fue nombrado presidente vitalicio.
Las ganas de ganancias del secretario vencen por encima del bienestar de los curados
El periodista y lector Egon Arthur Schmidt, de Heidelberg era el Secretario de la "Bund". Ya en Herford estuvo muy cerca al "doctor milagroso" y había creado el Círculo de Amigos de Bruno Gröning. Sin embargo éste no funcionaba según los requerimientos de Bruno Gröning y fue disuelto después de poco tiempo. Gröning se separó de Schmidt en aquel entonces porque éste había malversado dinero de los donativos.
En 1952 Schmidt nuevamente se dirigió a Gröning declarando haber reconocido sus faltas. Pidió poder ayudar a la organización de la empresa y Bruno Gröning volvió a tomarlo como colaborador. Así Schmidt nuevamente tuvo la oportunidad de demostrar si realmente le importaba el bienestar de los enfermos o si sólo pensaba en su propia ventaja económica.
En 1955, el Sr. Gröning se separó definitivamente de Schmidt, ya que éste no había cambiado su mentalidad. Ahora igual que antes trataba de sacar provecho de los dones de Gröning. Después de la separación, Schmidt intentaba iniciar varios juicios contra Gröning, ya que pretendía conseguir posteriormente una paga por sus servicios prestados de forma voluntaria.
¿Quien está al servicio de quién y para qué?: ¿El "Bund" sirve a la actuación de Gröning o sirve la actuación de Gröning al "Bund"?
De la administración de las finanzas se encargaron Konstantin Weisser y Hermann Riedinger. Esto parecía ser por un lado muy prometedor, porque eran hombres del mundo y su cultura podía ser útil para la obra de Bruno Gröning. Pero también conllevaba el peligro de que pudieran actuar de manera arrogante en contra de la voluntad del obrero sencillo, ya que él no tenía su nivel cultural.
Con el tiempo el desarrollo iba exactamente en esta dirección y cada vez les era más difícil a los dos hombres aceptar órdenes de Bruno Gröning. Parecían haber olvidado que la "Bund" no sólo llevaba el nombre de Bruno Gröning sino que también sólo existía gracias a él. Para ellos la Gröning-Bund se convertía cada vez más en su meta absoluta. La verdadera finalidad, de ayudar a los necesitados, la habían perdido de vista. Parecía que no querían ya comprender, que era Gröning a través de quien sucedían las curaciones y no a través de la Liga.
Así la Gröning-Bund se iba desarrollando más y más en sentido contrario de lo que en realidad debería ser. Para el hombre, cuyo nombre llevaba, la "Bund" se convirtió en una cárcel que en vez de liberarle, le iba restringiendo cada vez más.
El primer juicio tras la prohibición de curar (1951-1952)
¿Entra la actividad de Gröning en una actividad curativa en el sentido médico?
Denuncia por práctica ilegal de la medicina
Entre 1951 y 1952 Bruno Gröning tuvo que comparecer en Munich por primera vez ante el tribunal por practicar ilegalmente la ciencia médica. A pesar de que el Ministerio del Interior de Baviera había aceptado su actuación en 1949 como actividad libre de caridad, ahora se la valoraba como una actividad curativa de índole médica.
La acusación se basaba en la Ley de los Sanadores Naturistas del año 1939, la que sustituyó a la que otorgaba la libertad de curar, que hasta entonces había tenido validez, y que ponía en aquel entonces la actividad curativa en manos de médicos nacional-socialistas.
El "si" y el "no" ante la infracción de la ley de los naturópatas
Bruno Gröning fue absuelto, tanto en la primera como en la segunda instancia. El Presidente del Tribunal de la Jurisdicción de Munich declaró en su proclamación en marzo de 1952:
"El tribunal consideraría audaz sentenciar al acusado en base a un dictamen unilateral. Ya que si la actividad del Sr. Gröning realmente caía bajo la ley de los naturópatas es más que dudoso, debido a que entra en un terreno que hoy día aún es muy poco investigado."
A pesar de que en el juicio de apelación fue reconfirmada la absolución, la actuación de Bruno Gröning fue claramente nombrada una actividad curativa en el sentido de la ley de los sanadores naturistas:
"Con ello, el acusado ha ejercido en seres humanos sin autorización y sin licencia de médico la actividad de constatar, curar o aliviar las enfermedades, padecimientos o lesiones corporales, lo que debe considerarse de la ciencia médica en el sentido de la ley de los naturópatas. [...]"El error de exclusión de culpabilidad es igual a una prohibición de curar
La sentencia sigue: "El acusado no puede ser condenado porque se consideró que estaba en un estado equivocado sin culpabilidad en lo que se refiere a la característica objetiva del hecho de ejercer la actividad médica y así no actuó deliberadamente de mala fe."
Ya que el error de exclusión de culpabilidad en el cual se encontraba Bruno Gröning supuestamente debido a que fue aclarado por la sentencia, éste juicio fue equivalente, a pesar de la absolución, a una sentencia judicial de prohibición de curar. A partir de entonces, Bruno Gröning debía saber que su actuación significaba ejercer la ciencia curativa y caía bajo la ley de los sanadores naturistas y que le estaba prohibido como tal. No se reconocieron los verdaderos nexos causales de su obrar, según los cuales, su manera de actuar no tenía nada que ver con la actuación curativa en el sentido médico.
Estafadores son tolerados
Bruno Gröning le da a todo ser humano la oportunidad de cambiar
Pagos forzados: Colaboradores muestran su verdadera cara
Repetidas veces se le presentaron a Bruno Gröning personas con el pretexto de apoyarle, pero la mayoría de ellos sólo se interesaba por hacer negocios con sus dones. Parecía que la atracción para esa clase de personas era irresistible. Cuando no lograban sus propósitos o cuando el Sr. Gröning se separaba de ellos, a menudo trataban de obligarle, por medio de extensos procesos, a que pagara grandes sumas de dinero.
Así, por ejemplo, la Sra. Hülsmann que junto con su esposo acogía a Bruno Gröning en su casa de Herford, en marzo de 1949 por agradecimiento para la curación de su hijo. Después de que vió que no podía ganar dinero con Bruno Gröning, lo demandó ante el Tribunal de Trabajo e hizo que ese tiempo que ella había puesto gratuitamente a disposición de Gröning, fuera considerado posteriormente como tiempo de trabajo y exigía su paga. Hasta el final de su vida, Bruno Gröning tuvo que pagarle una cuota mensual. Esto no fue un caso aislado. De esta manera o de modo parecido, muchos de sus colaboradores anteriores dieron a conocer su verdadera cara.
"También tenían que existir estas personas para destacar quien es el ser humano"
Pero: ¿Por qué permitía Bruno Gröning que esos presuntos ayudantes se le acercaran tanto? ¿Por qué no mantenía a distancia a aquellos "negociantes"? En un discurso, el 31 de agosto de 1950 en Munich él habló de este tema: "Lo que la gente no ha dejado de hacer hasta ahora es tratar de sacar provecho financiero de los dones y el saber de este pequeño hombre. Creyeron haber encontrado una mina de oro. En parte también tuvieron la posibilidad de ganar dinero, pero gracias a Dios que no tienen ningún provecho. También debe haber esta clase de gente para demostrar cómo es la persona, y que hay personas que no tienen ningún escrúpulos y que ni siquiera preguntan si el enfermo recibe ayuda o no. Hay personas que son completamente desconsideradas, que pueden ver tranquilamente a un enfermo tirado. Esta gente nunca ha preguntado por él, han tratado por todos los medios de estar cerca de mí. Sé que aquí y allá se formula la pregunta: ¿Si este hombre sabe tanto, por qué no supo eso, tal vez no sepa nada? Si sé algo y hasta qué grado, lo sabrá paulatinamente. Pero ésto tenía que ser así. Este material faltaba para esta construcción, para dejar el camino libre para todos ustedes."
"… entonces cada uno sabrá quienes son"
Grete Häusler (1922-2007), curada, durante muchos años colaboradora de Bruno Gröning y fundadora del "Círculo de Amigos de Bruno Gröning", escribe en su libro Aquí está la verdad acerca de y en torno a Bruno Gröning el siguiente acontecimiento: "Una vez me despedí del Sr. Gröning con mis mejores deseos diciéndole: 'Sr. Gröning, le deseo que tenga tranquilidad para poder actuar y que no sea atacado por ningún falso colaborador'. El me contestó para mayor asombro mío: ¡Totalmente falso, ésto debe ser así! En ese entonces yo no lo entendí, pero él me explicó por qué tenía que hacer y soportar todo éso. Con ello me confió un gran secreto: 'Sé lo que lleva una persona dentro de sí. Si ahora yo le digo a la gente: éste es un mentiroso, éste es un estafador, un ladrón, nadie me lo creería. ¿Qué debo hacer? Debo atraer a estas personas, enseñarles lo bueno, instarlos a la conversión y luego darles la oportunidad de mentir, de estafar y de robar. Si ahora lo hacen a pesar de ésto, entonces todo el mundo sabe quienes son. Entonces los dejo que se me acerquen y no soy cobarde, entonces lucho.'"
Nuevos caminos y callejones sin salida
Especuladores alrededor del Sr. Gröning
Un mánager que se nombró el mismo mánager de Gröning, tiene exigencias exclusivas
En agradecimiento por la curación de su esposa, Otto Meckelburg, un empresario de Wangerooge, quiso ayudar a Bruno Gröning y le presentó planes concretos para la construcción de sanatorios. Bruno Gröning aceptó y Meckelburg se convirtió en su mánager.
A finales de diciembre se dirigieron ambos hacia Wangerooge. Bruno Gröning habló aquí en reuniones organizadas por Meckelburg y efectuó innumerables curaciones. Dió toda su confianza a este hombre. En una declaración certificada del 8 de enero deposita por completo el futuro de su obra en manos de Meckelburg:
"El Sr. Gröning declara su acuerdo con el plan del Sr. Meckelburg, y se compromete a poner a disposición su persona y todo su esfuerzo personal para el logro del objetivo de suministrar al Sr. Meckelburg toda clase de apoyo para la fundación de la Asociación y para las actividades posteriores de la Asociación, asimismo va a hacer todo lo que esté al alcance de sus fuerzas para llegar a los objetivos propuestos. Además el Sr. Gröning se compromete tanto con el Sr. Meckelburg personalmente, como también con la Asociación que se está creando a cumplir los fines arriba mencionados. El Sr. Gröning se compromete también a que este apoyo no sea brindado a ninguna otra persona, ni ningún otro círculo de personas. Practicará sus actividades exclusivamente en la Asociación y sólo con el consentimiento del Sr. Meckelburg."
En enero mismo Meckelburg fundó la Asociación para la investigación de los métodos curativos de B. Gröning. Él mismo se puso de presidente y se adjudicó un sueldo mensual de 1.000 marcos alemanes. Bruno Gröning no recibía dinero. Resultó que Meckelburg no cumplió con su promesa. Él sólo vio en Gröning una fuente de dinero y despectivamente lo denominaba su "mejor caballo en el establo". Los enfermos le eran indiferentes. Había ligado a Gröning con el contrato y el "sanador milagroso" tenía que hacer lo que él le pedía.
No antes de junio de 1950 Gröning logró separarse de Meckelburg y éste amenazó con vengarse: "Al Gröning lo voy a despedazar, le voy a quebrar todo el esqueleto."
Un naturópata con ofertas para discursos
Después, Gröning trabajó algunos meses con el naturópata Eugen Enderlin de Munich. Éste había recibido una curación en el Traberhof y le ofreció a Bruno Gröning su consultorio para dar algunos discursos. Pero también Enderlin resultó ser un negociante. Su interés no era el de ayudar, sino el de sacar beneficios con el "fenómeno Gröning". Hacia finales de año, Gröning se separó de él, y también una segunda colaboración con él en los años 1952/53 fracasó por las mismas causas.
Un sanador que solo mira por su carrera
En la época subsiguiente Gröning dió conferencias en el Hogar de Huéspedes de Weikersheim en Gräfelfing. El periodista Dr. Kurt Trampler lo albergó en su casa y le organizó las reuniones. Ya conocía a Gröning desde el otoño de 1949. En ese entonces, él había acudido al Traberhof como reportero para un periódico de Munich y sin esperarlo había recibido la curación de un padecimiento en una pierna. En agradecimiento escribió el libro La Gran Conversión e intercedió a favor de él ante las autoridades. Parecido como en el caso de Enderlin los discursos en Gräfelfing estaban muy frecuentados. Ocurrieron curaciones increíbles. Pero también la relación con Trampler quebró. El creyó un día, haber aprendido lo suficiente de Gröning, se separó de él y trabajó como sanador independiente.
La Traberhof: Multitudes en Rosenheim
Hasta 30.000 personas en búsqueda de ayuda acuden a diario ante Gröning en Septiembre de 1949
Después de que terminaron las investigaciones en Heidelberg, en agosto de 1949, Bruno Gröning se dirige al sur de Alemania. Quería huir del barullo que se hacía alrededor de su persona y se retiró a una hacienda particular en Rosenheim cerca de Múnich. Al principio fue posible mantener secreto el lugar de su estadía. Pero después de que los primeros periódicos habían informado sobre su llegada a Baviera, se desencadenó una verdadera avalancha en masa.
Hasta 30.000 personas acudían diariamente al Traberhof en Rosenheim. La prensa, la radio y el noticiero semanal informaban. Hasta se rodó una película de cine que llevaba el título de "Gröning" y que documentaba los acontecimientos a su alrededor.
Escenas Bíblicas
En una edición especial en la segunda semana de septiembre el Zeitungsblitz escribe: "Mientras tanto se habían reunido más de diez mil personas que esperaban bajo un calor sofocante durante horas al gran momento en que Bruno Gröning apareciera en el balcón y que hablara a la muchedumbre, irradiando su energía curativa. Las personas estaban apretujadas para recibir plenamente las "irradiaciones curativas". Y ya comenzaban las reacciones entre los enfermos graves en sus sillas de ruedas y asientos, o en los que estaban de pie en la periferie. Otra vez comenzaban a ver los semiciegos, nuevamente se levantaban los que hasta este momento habían sido cojos, los paralíticos volvían a mover sus extremidades. Centenares de personas comentaban que sentían dolores más intensos en las partes afectadas, que sentían tirones, punzadas o cosquilleos, que tenían una sensación indescriptible de "liviandad", o de la desaparición espontánea de dolores de cabeza."
No sólo en el Traberhof ocurrieron escenas bíblicas. En todas partes donde aparecía Gröning, en menos que canta un gallo, estaba rodeado de incontables enfermos. Anita Höhne describe la situación de Gröning en su libro Sanadores Espirituales de Hoy: "Bruno Gröning, con sólo anunciar su llegada ya desencadenaba peregrinajes. Típicas son las escenas que observó el periodista Rudolf Spitz durante una visita a Gröning en septiembre de 1949 en Múnich:
'A las 19 horas había unos cuantos de miles que estaban de pie en la calle Sonnenstrasse. A las 22:30 todavía estaban allí. En 5 años de guerra he vivido muchas cosas, pero nunca estuve más conmovido que en las cuatro horas que pasé sentado frente a Bruno Gröning, presenciando un espantoso desfile de miseria y padecimiento: Epilépticos, ciegos, paralíticos con muletas se le acercaban apiñándose. Madres le ofrecieron sus hijos paralíticos en sus brazos. Hubo desmayados, se escucharon gritos, llamadas insistentes de socorro, rezos, plegarias, lamentos.'"
Organos Estatales se muestran benévolos
Anita Höhne sigue citando al periodista Rudolf Spitz: "'Enfermos en camillas, paralíticos, una gran muchedumbre fue observada por otro periodista de Munich: el Dr. Kurt Trampler. El también estuvo en el Traberhof de Rosenheim, donde vivía Bruno Gröning en aquel entonces. Trampler vino como reportero del semanario Münchner Allgemeine. Era un periodista objetivo que sólo anotaba lo que él mismo veía y escuchaba: Ahora desde el balcón escuchamos una voz que no es la de Gröning y corremos hacia la ventana. El Presidente de la Policía de Munich, el Sr. Pitzer habla a los reunidos. Él informa que un padecimiento de ciática que le había atormentado durante varios años se atenuó con la presencia de Gröning. Pitzer seguramente no es un hombre que tiende a imaginaciones hipersensibles, pero lo que él observó en sí mismo lo pudo atestiguar. Ahora se declara abiertamente a favor de Gröning y el diputado Sr. Hagen, del partido político CSU, habla a continuación haciendo una declaración similar.'"
También las autoridades de Baviera se mostraban complacidas con Bruno Gröning. El periódico Münchner Merkur publicó el 7 de septiembre de 1949 un artículo con el título: "Afecto y simpatía hacia Bruno Gröning": "El Ministro-Presidente Dr. Erhard declaró el lunes en una conferencia de prensa que a una "personalidad tan extraordinaria" como la de Bruno Gröning no se la debe dejar fracasar a causa de artículos de ley. Según su punto de vista en Baviera no habría mayores obstáculos para otorgar a Bruno Gröning el permiso de curar."
El Ministerio Estatal del Interior de Baviera al cierre de la edición da a conocer: "La revisión provisoria de la actuación curativa de Bruno Gröning dió como resultado que puede ser consideraaa una actividad libre de caridad, y de esta manera no está sujeta a permisos según la Ley de los Sanadores Naturistas."
Después de deslustrarle, se pasa a la documentación médica de las curaciones
En el Traberhof se hacía un gran barullo alrededor de Bruno Gröning. Aparecieron muchos negociantes que querían sacar capital de sus habilidades. Esto perjudicó la reputación de Gröning y produjo un distanciamiento de las autoridades. Cuando la situación ya se puso intolerable, Gröning se retiró a las montañas bávaras. Quería estudiar algunas ofertas sobre la construcción de sanatorios. Su objetivo era crear unas instituciones en las que los necesitados podían lograr la curación en un marco legal. Los médicos deberían hacer las pruebas previas y posteriores, según el modelo de Heidelberg, y deberían documentar las curaciones ocurridas.
El "fenómeno Gröning" y la ciencia
La comprobación médica en Heidelberg promete editar un informe facultativo
En los tiempo de Herford, comenzaron especialistas en medicina y colaboradores de la revista Revue investigar las curaciones de Gröning. El médico y psicólogo Prof. Dr. H.G. Fischer de la ciudad de Marburg viajó con un grupo de periodistas especializados a Herford. Allí conversó con curados y asombrado llegó a la conclusión que el "método" de Gröning efectivamente era exitoso. En consecuencia la revista Revue se decidió a colaborar en la aclaración científica del "fenómeno Gröning". En la Clínica Universitaria de Heidelberg sería investigado el "método curativo" del "doctor milagroso".
Bruno Gröning aceptó las propuestas de Fischer, pues éste le había prometido un peritaje positivo, si la acción resultaba favorable. Gröning confió en haber encontrado un camino para poder actuar libremente.
Curaciones ante los ojos de los médicos: "Bruno Gröning no es ningún charlatán"
El 27. julio comenzaron las investigaciones. Las personas en las cuales él tendría que demostrar sus habilidades, fueron elegidas de entre las 80.000 cartas de peticiones que le habían llegado. Además fueron seleccionados algunos pacientes de la Clínica Ludolf-Krehl de Heidelberg. Todos ellos fueron examinados previa y minuciosamente y se elaboraron diagnósticos exactos. A continuación fueron presentados a Gröning, quien aplicaba "su método" en ellos y mientras tanto, siempre estaban presentes algunos médicos. Ellos fueron testigos de cómo desaparecían las enfermedades, en parte espontáneamente. Las pruebas posteriores hechas en la clínica confirmaron las curaciones. Incluso padecimientos incurables como la enfermedad de Bechterew fueron curados.
En uno de los peritajes previos publicados en la revista Revue, el profesor Dr. Fischer declaró expresamente que Bruno Gröning no era un charlatán sino un médico del alma con un talento natural. Con eso trataba de explicar, desde su punto de vista, el "fenómeno Gröning", pero sin hacerle justicia.
Gröning rechaza especulaciones
El peritaje final iba a ser redactado después de la evaluación de todos los resultados. Le garantizaron que el camino para su obrar en el futuro estaría definitivamente libre. Mientras tanto, los profesores Fischer y el Sr. von Weizsäcker (bajo cuya tutela estaba todo este peritaje), le hicieron la siguiente propuesta a Bruno Gröning: ellos querían construir sanatorios, en los cuales él debería actuar junto con los médicos. Pero la dirección y la selección de los pacientes quedaría en manos de ellos.
A ésto Bruno Gröning: "Las condiciones financieras y demás que al respecto me fueron impuestas por el profesor F. eran para mí inaceptables. Claro que sobre ésto se llevaron a cabo muchas conversaciones, también con señores que querían financiar este proyecto. Yo no pude declararme de acuerdo con las propuestas del profesor F. y las rechacé, porque: no dispongo de un sólo penique de dinero, así que no pude aceptar ninguna clase de compromisos financieros que no podría cumplir; nunca he pensado en hacer un negocio de todo este proyecto. Por eso, todo ésto fue para mí una exigencia imposible. Además yo sólo quería hacer aquello que me fue dado para mi misión: ayudar a los necesitados y, por lo tanto, ponerme a disposición de los médicos y psicoterapeutas, pero nunca para hacer un negocio de todo ésto."
La ausencia del dictamen y el conflicto potencial con la ley
La actitud de rechazo de Bruno Gröning hizo que los profesores perdieran el interés en él pronto. El peritaje prometido nunca fue escrito. En vez de facilitarle una actuación libre, le pusieron nuevos obstáculos en el camino. En el transcurso de las investigaciones, fueron relacionados sus "métodos de curación" con los términos "paciente", "tratamiento", etc. y evaluados como actividades médicas. Con éso se logró una situación conflictiva con la Ley de los Sanadores Naturistas.
1949 - En el centro de la atención pública
El actuar de Bruno Gröning en Herford
Miles de enfermos y personas en busca de ayuda acuden a Gröning
Dieter Hülsmann, de 9 años, ya estaba postrado en cama desde hace tiempo. Sufría de distrofia muscular progresiva y ninguno de los profesores y médicos que lo atendieron pudieron ayudarle. Después de que Bruno Gröning se ocupó del niño, éste volvió a caminar. El ingeniero Hülsmann, avasallado por la curación espontánea de su hijo, le pidió a su huésped que se quedara. Quería invitar a más enfermos para que el "hombre milagroso", según Hülsmann, los cure.
Bruno Gröning aceptó el ofrecimiento y día tras día venían más necesita-dos. Cada vez más personas se enteraban de los sucesos milagrosos alrededor de Gröning. En poco tiempo su nombre estaba en boca de todos. Los periódicos informaban sobre el "doctor milagroso" y en la zona británica fue el tema del día. Miles de personas acudían a la plaza de Wilhelm y enormes muchedumbres ase-diaban la casa.
Manfred Lütgenhorst del diario Münchner Merkur escribió el 24 de junio de 1949, entre otras cosas: "Cuando llegué a Herford a las 10:30 horas de la mañana, delante de la pequeña casa de dos pisos en la plaza Wilhelmsplatz había unas mil personas. Era una imágen indescriptible de miseria. Incontables paralíticos en sillas de ruedas, otros cargados por sus familiares, ciegos, sordomudos, madres con hijos idiotizados y paralíticos, viejitas y muchachos jóvenes se aglomeraban y gemían. Casi cien coches, camiones y autobuses aparcaban en la plaza y todos habían venido desde muy lejos."
Parálisis, úlceras de estómago, cegueras: "El Sr. Gröning me miró y ahora estoy de nuevo completamente sano."
Manfred Lütgenhorst sigue preguntando: "¿Usted cree que se curará?" les pregunté a los enfermos. Asentían afirmativamente. "¡Ayer tendría que haber estado aquí!" me contestó uno. "El señor Gröning estaba en Viersen en Renania y aquí en el patio se levantaron cinco paralíticos y se fueron caminando a sus casas. Curación a distancia (telepática) - el lugar los curó." Los demás enfermos lo confirmaron.
Seguía caminando por entre la muchedumbre y taquigrafiaba sus milagrosos relatos. Solamente éstos ya alcanzaban para llenar un libro. Cuando me encendí un cigarrillo, un joven a mi lado me pidió que le vendiera uno. Llevaba una chaqueta de uniforme y parecía uno que volvía de la prisión en Rusia. Le dí el cigarrillo. Se lo encendió y dijo con picardía: "Ve, ahora ya puedo hacer nuevamente todo solo!" Al mismo tiempo movía su brazo derecho con todos los dedos y su pierna derecha. "¿Usted también fue curado por Gröning?" le pregunté. "Sí, en Rusia me agarró una parálisis en todo el costado derecho, el señor Gröning me miró y ahora estoy completamente sano, ¡todavía no puedo comprenderlo!" Alegremente balanceaba sus extremidades.
Yo me dirigí hacia un grupo que rodeaba a una señora canosa de unos cuarenta años. "Pues claro" yo le escuchaba decir a la señora, "que me he curado con el señor Gröning. Yo tenía grandes úlceras de estómago, perdía más y más peso y de tantos dolores ya no podía dormir más. Doce personas estuvimos donde el Sr. Gröning. [...] A mí me miró y en eso me pareció como que las úlceras se cayeran al suelo como si fueran piedras. Desde entonces ya no tengo más dolores, estoy engordando y las radiografías que me tomaron muestran claramente que las úlceras han desaparecido. Yo me he puesto a disposición de la comisión auscultadora de médicos. ¡No se imagina lo asombrados que estuvieron!"
Y la señora continuaba: "¡Pero eso no es nada! La semana pasada había un ciego aquí en el patio. Estuvo esperando varios días y noches. Como yo a menudo paso por aquí, me llamó la atención. Me daba pena y lo invité a almorzar. "No", rechazó mi ofrecimiento, "no debo perderme el momento en que el señor Gröning salga!" Entonces le traje unos sandwiches y le dije que yo me encargaría de que lo llevaran a la estación. "No necesito a nadie que me acompañe, porque podré ir sólo a la estación." Y entonces yo lo viví con mis propios ojos. El señor Gröning vino y el joven gritó: "¡puedo ver otra vez!" Y realmente, el velo en sus ojos había desaparecido. El describió la cartera que yo llevaba en mis manos, decía: "allá va un coche y esa es la placa con el número" y encontró solo el camino hasta la estación. Todos los que estaban cerca de él lloraban de alegría."
Prohibición de curar por parte de las autoridades y el cuerpo facultativo médico
Al poco tiempo, las autoridades, y sobre todo las de la Salud Pública, comenzaron a interesarse por el caso. Se constituyó una Comisión de Investigación y a Bruno Gröning se le impuso la prohibición de curar. Algunos médicos influyentes fueron sus enemigos declarados. Hicieron todo por impedir su actuación y le ordenaron que se sometiera a un examen científico de su habilidad curativa. Pero la idea que había detrás de la prohibición se evidencia en estas declaraciones de los médicos involucrados: "Gröning puede demostrar lo que quiera, pero de ninguna manera se le dará el permiso de curación." "Ocuparse de Gröning es ir en contra del honor profesional de los médicos." A finales de junio tuvo que dejar Herford definitivamente. Todos los esfuerzos de conseguir un permiso para curar fracasaron.