La testigo de la época L. Schlüter

Curación en Herford de sordera, ceguera y parálisis - la irradiación de Gröning dijo más que mil palabras

01-Menschen-am-Wilhelmsplatz7El pueblo westfaliano Herford era el lugar donde comenzó la obra de Bruno Gröning a gran escala. También la prensa tomó nota de ello e informó. Empezaron a venir miles de buscadores de ayuda, de cerca y de lejos para experimentar aquí ayuda y curación. Entre todas estas personas se encontraba la Sra. Schlüter con su suegra ciega. Ella estaba físicamente muy débil y necesitaba constantemente ayuda, tanto para vestirse, para ir al baño, etc.

La Sra. Schlüter informó como sigue: "Me enteré de las numerosas curaciones a través de una revista. Allí se vieron, entre otras cosas, fotos que reflejaron los acontecimientos allí en Herford. Y yo me dije: ¡Tienes que ir allí con la suegra!

Apretados, como sardinas en lata, estábamos allí en medio de esa multitud en la plaza Wilhelmsplatz, delante de la casa nº 7. A nuestra derecha había aproximadamente 30 personas que estaban sentadas en sillas de ruedas. Todos esperábamos y esperábamos. Nadie hablaba. Estábamos todos tensos y mirábamos arriba, hacia el balcón, en el cual debía aparecer Bruno Gröning. Ya era muy tarde, casi de noche. Entonces vino alguien al balcón para consolarnos. El dijo que Bruno Gröning estaba todavía con otros buscadores de ayuda: "¡Tened paciencia! ¡Es seguro que Bruno Gröning va a venir!" Y así perseveramos tres días y tres noches.

De repente, Bruno Gröning estaba allí, nos alegramos todos. Bruno Gröning nos habló, diciendo que todos buscamos ayuda y curación y que Dios es el mayor médico de todos los hombres. Después les pidió a los paralíticos que dejaran sus sillas de ruedas: "¡Podéis andar! ¡Levantaos!" Nadie lo hizo. Bruno Gröning animó a los paralíticos de tener de nuevo confianza en Dios Padre y de levantarse. "¡Creed que podéis, levantaos!" Y luego se levantó uno tras otro de su silla de ruedas. ¡Podían andar! Nadie lo podía creer. Todos estaban atónitos. La gente lloraba ante lo que vieron.

Entonces Bruno Gröning dijo: 'Pido a los ciegos y sordomudos que vengan hacia la entrada de la casa.' Entonces, mi suegra y yo nos fuimos allí, donde él también habló con ella. Allí en la entrada de la casa, Bruno Gröning también tomó a un niño sordomudo de aproximadamente dos años de los brazos de su madre. El Sr. Gröning acarició al niño y habló con él. Después sostuvo un diapasón al oído del niño. A continuación el niño giró su cabeza. Se podía observar claramente que el niño podía oír ahora. Otro niño recuperó la vista. Estas fueron las escenas más conmovedoras que yo he visto en toda mi vida.

Más tarde regresamos a casa. Mi suegra ha cambiado tanto que se podía mover libremente por casa sin ayuda ajena. Su estado general mejoró tanto que ya no necesitaba de ayuda, ni para vestirse, ni para ir al baño.

La vestimenta de Bruno Gröning era modesta y sencilla, como de cualquier otra persona. Sin embargo, radiaba amor como ningún otro ser. Uno podía tener confianza hacia él a la primera. Su carisma sencillamente decía más que mil palabras."

Dokumentarfilm

El documental:
“El fenómeno de
Bruno Gröning”

las fechas de proyección en los cines de distintas ciudades en el mundo entero

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La editorial Grete Häusler: una gran selección de libros, revistas, Cd's, DVD's y calendarios

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Los científicos toman la palabra: Aspectos interesantes acerca de la enseñanza de Bruno Gröning